Sobrevivientes y otros testigos, familiares de víctimas, expertos, y en menor medida, integrantes de la estructura represiva, aportaron información.
Los archivos del movimiento de DDHH, de las Fuerzas Armadas y de seguridad y de los organismos de inteligencia brindan gran cantidad de pruebas.
La reconstrucción espacial de los lugares de cautiverio a partir de las inspecciones oculares aporta elementos relevantes para juzgar los hechos.
La arqueología, la antropología, la genética y otras disciplinas forenses son claves para probar los crímenes.