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cartografías

La identificación de los lugares de detención clandestina fue desde el primer momento un objetivo de las y los sobrevivientes y de los organismos de derechos humanos que comenzaron a relevar información y construyeron listados preliminares sobre estos lugares.
También fue más tarde una tarea central que se propuso la CONADEP, como evidencian los croquis y fotografías que forman parte de su archivo. Las y los integrantes de la Comisión visitaron muchos de estos lugares e identificaron con ayuda de sobrevivientes la existencia de 340 centros clandestinos de detención en todo el país, la mayoría en dependencias militares y policiales. Más tarde, el Estado continuó esta tarea de identificación cuyo último registro oficial alcanza a 814 lugares reconocidos e inscriptos en el Registro Único de Víctimas del Terrorsimo de Estado (RUVTE).

Luego, en el marco de los procesos penales, sobre todo a partir de la reapertura, comenzaron a realizarse de manera regular inspecciones oculares de los lugares de detención con participación de funcionarios judiciales, sobrevivientes y organizaciones de derechos humanos. Esas inspecciones se han incorporado como prueba en los procesos penales.

registros judiciales

El poder judicial solicitó herramientas que permitieran reconstruir los espacios de cautiverio de manera más completa y compleja, como las que realiza hace muchos años Memoria Abierta. Estas herramientas digitales recuperan información de distinta procedencia y la procesan para presentar visualmente: croquis, mapas, planos, testimonios en las causas penales, inspecciones judiciales, fotografías, testimonios y registros de hallazgos arqueológicos, entre otros tipos de datos, son combinados para reconstruir tanto los espacios y su funcionalidad en el esquema represivo, como las trayectorias de las víctimas dentro y fuera de esos lugares, desde el momento de su secuestro.

testimonio oral