La tortura, las humillantes condiciones de vida en los centros clandestinos, la violencia sexual, los vuelos de la muerte, salieron a la luz por sus testimonios. Los organismos de derechos humanos recién creados recopilaron cientos de declaraciones, de quienes habían estado secuestrados y de familiares de desaparecidos y asesinados. La CONADEP hizo lo propio.
testimonios en juicios
En el juicio a las Juntas, los testimonios de las víctimas fueron uno de los pilares de la acusación de la fiscalía. Dentro y fuera de los procesos penales, fueron los relatos los que permitieron reconstruir, aunque sea parcialmente, el destino de cada una de las personas secuestradas: quiénes fueron, cuándo fueron capturadas, dónde fueron vistas. La memoria sensorial reconstruyó los espacios de detención y aportó datos sobre su funcionamiento: nombres, alias, ubicaciones. Los testimonios de quienes compartieron cautiverio con las mujeres que parieron secuestradas fueron fundamentales para las búsquedas familiares y el juzgamiento.
testimonios en juicios
En los juicios también testimoniaron personas que no fueron víctimas de la represión sino testigos de los hechos como vecinos de los centros clandestinos o soldados conscriptos, peritos expertos que analizaron evidencias científicas y testigos de concepto que aportaron información de contexto relevante para las causas.
testimonios en juicios
Algunos integrantes del aparato represivo -como ex policías, ex servicios de inteligencia o ex militares- prestaron testimonio en diferentes oportunidades. Algunos declararon como testigos. Otros, en cambio, acusados en diferentes causas, haciendo uso del derecho a la defensa y a la posibilidad de hablar a lo largo del proceso de justicia, dieron su versión de los hechos.
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